Pareciera que el silencio de la 5a ha aumentado. Desde hace años no se ha escuchado hablar de ella, pareciera que sus habitantes han quedado atrapados en el tiempo o en el olvido. Pero no, así sucede con aquellos que reposan para recuperar la energía o la motivación Podría ser una calle que también hiberna.
La 5a, como las calles de ésta ciudad, siempre tienen un leve murmullo que parece su palpitar y ha ido creciendo. A veces me pregunto si estará desarrollando un corazón de atleta, pues hay muchos ruidos en su interior. Claro que no todos los ruidos son malos.
Como sucede con el colegio que ha venido a vivir al ombligo de sus aceras; el alboroto de los niños va desde las 7:00 de la mañana con el tráfico de los automóviles de los padres que vienen a dejarlos y el micrófono del portero llamando uno por uno a los niños cuando llegan a traerlos al medio día.
Además de los sonoros y presenciales cantos de bocinas, se escuchan constantemente algunos aullidos de los inquilinos de la acera colindante, pues una veterinaria también se ha instalado en la 5a, ahí, la mayoría de cuadrúpedos temen a los cambios e incertidumbre ante la que se encuentran; indefensos y expuestos como para atreverse a iniciar una rebelión completa.
Así palpita la 5a en estos últimos días. El corazón de atleta aún no se descubre, tal vez sea hora de bajar el ritmo o mantener el que se está desarrollando.
Sin duda alguna, la 5a está despierta.
lunes, 4 de febrero de 2013
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