Ese momento en que nos cansamos y vemos la tarde gris. Cuando estamos lejos de la 5a calle y todos sus habitantes transitan por calles desconocidas, bajo una supuesta luz del del día cercana a posibles verdades ajenas, con conspiradores rondando cada inhalación.
Cuando el sístole y el diástole tienen latidos constantes cercanos a la muerte: faltos de pasión. Cuando los pulmones no son capaces de llenarse, y cuando el verdadero sol es oculto por pantallas increíblemente grandes.
Y es que la ausencia de pasiones son capaces de destruir un universo completo, la voluntad se detiene pero las pupilas se dilatan con el sonido de los espacios abiertos, con el verde de las hojas y la caricia del viento.
Sí, podría ser que la 5a es vecina de una montaña.
jueves, 14 de febrero de 2013
lunes, 4 de febrero de 2013
Vive, aún palpita
Pareciera que el silencio de la 5a ha aumentado. Desde hace años no se ha escuchado hablar de ella, pareciera que sus habitantes han quedado atrapados en el tiempo o en el olvido. Pero no, así sucede con aquellos que reposan para recuperar la energía o la motivación Podría ser una calle que también hiberna.
La 5a, como las calles de ésta ciudad, siempre tienen un leve murmullo que parece su palpitar y ha ido creciendo. A veces me pregunto si estará desarrollando un corazón de atleta, pues hay muchos ruidos en su interior. Claro que no todos los ruidos son malos.
Como sucede con el colegio que ha venido a vivir al ombligo de sus aceras; el alboroto de los niños va desde las 7:00 de la mañana con el tráfico de los automóviles de los padres que vienen a dejarlos y el micrófono del portero llamando uno por uno a los niños cuando llegan a traerlos al medio día.
Además de los sonoros y presenciales cantos de bocinas, se escuchan constantemente algunos aullidos de los inquilinos de la acera colindante, pues una veterinaria también se ha instalado en la 5a, ahí, la mayoría de cuadrúpedos temen a los cambios e incertidumbre ante la que se encuentran; indefensos y expuestos como para atreverse a iniciar una rebelión completa.
Así palpita la 5a en estos últimos días. El corazón de atleta aún no se descubre, tal vez sea hora de bajar el ritmo o mantener el que se está desarrollando.
Sin duda alguna, la 5a está despierta.
La 5a, como las calles de ésta ciudad, siempre tienen un leve murmullo que parece su palpitar y ha ido creciendo. A veces me pregunto si estará desarrollando un corazón de atleta, pues hay muchos ruidos en su interior. Claro que no todos los ruidos son malos.
Como sucede con el colegio que ha venido a vivir al ombligo de sus aceras; el alboroto de los niños va desde las 7:00 de la mañana con el tráfico de los automóviles de los padres que vienen a dejarlos y el micrófono del portero llamando uno por uno a los niños cuando llegan a traerlos al medio día.
Además de los sonoros y presenciales cantos de bocinas, se escuchan constantemente algunos aullidos de los inquilinos de la acera colindante, pues una veterinaria también se ha instalado en la 5a, ahí, la mayoría de cuadrúpedos temen a los cambios e incertidumbre ante la que se encuentran; indefensos y expuestos como para atreverse a iniciar una rebelión completa.
Así palpita la 5a en estos últimos días. El corazón de atleta aún no se descubre, tal vez sea hora de bajar el ritmo o mantener el que se está desarrollando.
Sin duda alguna, la 5a está despierta.
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